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sábado, 7 de abril de 2012

¿Estancados en el subdesarrollo?

En 2008 me aventuré a escribir este artículo para el universal.com. Siento que, a pesar del tiempo transcurrido desde entonces, su vigencia sigue intacta:



Entender las causas de un subdesarrollo tan prolongado como el de Venezuela no es tarea fácil. El inmenso potencial energético con el que cuenta nuestro territorio nos ha hecho pensar que, por ahora, no tenemos que preocuparnos por el desarrollo de nuevas fuentes de energía, y es que muchas veces hemos visto a nuestros líderes hacer alarde de la gran cantidad de años de explotación petrolera que restan en el país. Asumir estas actitudes puede comprometer, aún más, el futuro de las próximas generaciones de ciudadanos, pues solamente nos hemos preocupado por vivir el presente inmortalizando siempre el pasado.
  
Cuando recordamos nuestra historia, lo hacemos en la búsqueda de las causas que nos han llevado a vivir en una sociedad carente de un crecimiento económico sostenido, de una infraestructura de salud acorde a las necesidades, de un sistema de educación actualizado, de oportunidades de empleo, de vivienda, etc.; sin embargo, al identificar las causas, no nos hemos propuesto la elaboración de rutas de progreso que impidan la reincidencia de los errores cometidos en el pasado. Para nadie es un secreto, que uno de los principales factores que impiden el progreso de Venezuela es la inestabilidad política, sobre todo ahora que nos han bombardeado con la idea de un ambiguo socialismo cuya génesis no es bien entendida por la población.

El pueblo de Venezuela, añora la implementación de un programa social y económico de consenso entre todos los sectores involucrados en la vida nacional, no aboga por ideas unilaterales que tienen más énfasis en la política que en el desarrollo. Este país, cuenta con todos los elementos necesarios para progresar: Un sector profesional altamente capacitado en sus respectivas ramas, una gama de abundantes riquezas, una ubicación geográfica excepcional, un sector empresarial dispuesto a invertir bajo las condiciones de un estado de derecho respetable, y sobre todo las ganas del venezolano por salir adelante.

Si Venezuela tiene todos estos elementos por qué sigue estancada en el subdesarrollo; muchos expertos en la materia darían un sinfín de respuestas, sin embargo, hay quienes lo vemos como un problema de falta de voluntad, una falta de voluntad que degenera en la corrupción como enfermedad mortal de las instituciones públicas nacionales, en un sistema judicial maltrecho, en una distribución de riquezas completamente desproporcionada concentrada mayoritariamente en las manos del estado, y en un conformismo malsano en parte de la población.

Conformarnos con situaciones de arbitrariedad, de corrupción, de injusticia, de impunidad y de inseguridad perjudica la construcción de una sociedad próspera; la necesidad de iniciar una nueva forma de hacer política, una nueva forma de interactuar entre nosotros mismos y nuestro entorno es primordial para de una vez por todas hacer el futuro. Ese futuro puede tener un nacimiento prematuro si en los actuales momentos el gobierno, la oposición, los empresarios, los intelectuales, estudiantes y trabajadores se constituyeran en mesas de trabajo para dialogar y esbozar un proyecto de país.

En la desesperación por encontrar culpables de la situación social en la actualidad, algunos han optado por lanzar la pelota fuera de nuestras fronteras. Señores, los culpables no son factores externos, y si los hubiere demostremos que esta nación se respeta, no al frente de un micrófono una tarde de domingo si no empezando a trabajar para desarrollar una tecnología propia, para mejorar las políticas que han incentivado el crecimiento, para depurar nuestros organismos públicos de los elementos corruptos, para darle al venezolano el sistema de salud que tanto merece, para permitirle al joven bachiller desarrollar una carrera universitaria y que a su vez éste consiga un empleo digno al terminarla.



Si el mayor inconveniente para progresar radica en la cultura política nacional, ha llegado el momento de estudiar los cambios fundamentales en la forma como se conduce al país, separando los intereses personales y partidistas para enfocarse en el bienestar social de la nación. Hace ya algún tiempo leí que la política es el arte de ayudar a la gente, todavía creo en ese concepto y se que llegará el día en que sea aplicado literalmente. No importa el partido que gobierne, blanco, azul, verde o rojo rojito; sin voluntad por progresar seguiremos estancados en el subdesarrollo.
Dichosos aquellos que, actualmente, tienen el poder para cambiar el rumbo de Venezuela y dichosos todos los venezolanos que tenemos el poder para decidir hacia donde queremos ir.


18 de Marzo de 2008.



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